¿Cuántas cosas aprendemos en el ámbito del ocio educativo?
Nos educamos en valores, crecemos como personas, aprendemos solidaridad y a relacionarnos entre iguales, descubrimos la naturaleza…
El ocio es un ámbito de reconocida importancia tanto para la educación no formal como para la socialización de niños, niñas y adolescentes.
No podemos olvidar que las actividades de ocio son un factor de protección y permiten crecer como persona y compartir experiencias. Pero también pueden convertirse en un espacio de riesgo si no se gestionan correctamente estas actividades ni las relaciones interpersonales que se establecen.
Por eso, es fundamental que los monitores y monitoras del ocio dispongan de herramientas de prevención, detección y actuación ante cualquier posible situación de maltrato o abuso sexual.
Tampoco podemos olvidar que, para poder hablar de actividades seguras, también es necesario repensar los espacios y las interacciones que se dan en el entorno del ocio.
Abordaje del abuso sexual infantil en el ocio educativo
La prevención del abuso sexual infantil y la protección de la infancia es responsabilidad de todas las personas adultas que conforman la sociedad.
Las familias, la comunidad educativa, los profesionales y, en general, cualquier ciudadano mayor de edad debe velar por el bienestar de niños, niñas y adolescentes.
Conocer el protocolo de prevención
El protocolo «La Educación en el tiempo libre como espacio de protección» de la Dirección General de Juventud de la Generalitat de Catalunya, redactado por la Fundación Vicki Bernadet, permite a los profesionales del ocio estar informados y preparados para llevar a cabo las intervenciones más adecuadas ante estos casos y disponer de un lenguaje común que facilite la coordinación con los diferentes organismos que trabajan en la protección de la infancia. Son, por tanto, unas directrices que toda entidad de ocio debería tener siempre presentes.
¿Cómo detectar un caso de abuso sexual infantil?
Es importante tener claro que no existe un «síndrome del niño o adolescente abusado», sino que debemos entender que cada menor muestra una sintomatología diferente y que debemos tener en cuenta distintos indicadores. Eso sí, hay un elemento que, por simple que pueda parecer, es clave y no siempre se cumple: ante un cambio de comportamiento de un niño, niña o joven, siempre debemos considerar también la posibilidad del maltrato o del abuso sexual. Si desde el principio no lo tenemos en cuenta, será muy complicado que seamos capaces de detectarlo en los casos en que esté ocurriendo o de descartarlo.
Es necesario pasar de prevenir el abuso a proteger a los niños y niñas. Por ejemplo, el niño o la niña debe saber que tiene derecho a su intimidad, a su espacio y a decidir si quiere ser afectuoso o no. En nuestra guía didáctica “Prevención y abordaje del abuso sexual infantil en el ámbito del ocio: Orientaciones y recursos pedagógicos” encontrarás más información e ideas de actividades para llevar a cabo.
Dar confianza para que nos cuenten qué pasa
Siempre debemos estar orgullosos de un niño o niña que es capaz de alzar la voz y confiar en un monitor o monitora para explicarle lo que está ocurriendo. Si se ha creado un vínculo de confianza entre el niño o la niña y el profesional o voluntario, es mucho más probable que un niño, adolescente o joven verbalice una situación de abuso o maltrato.
Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que las actividades que se realizan pueden conllevar riesgos si existe un abuso de confianza o los límites no están claros. En las entidades de ocio se genera un alto nivel de confianza, y es responsabilidad de sus gestores y profesionales que esta confianza no sobrepase los límites del buen trato y que no se produzca ningún tipo de situación abusiva o de maltrato.
Actividades para trabajar el abuso
Desde la Fundación Vicki Bernadet hemos elaborado una guía con actividades prácticas para abordar el abuso sexual infantil (ASI) con niños, niñas y adolescentes en el ámbito del ocio educativo.
Las propuestas están pensadas para trabajarse en grupos estables, donde los niños y niñas se conozcan y exista un clima de confianza. Estas condiciones favorecen un espacio seguro donde poder hablar, escuchar y prevenir.
¿Cómo debemos reaccionar ante la confesión de un niño o una niña?
Cuando un niño o una niña decide confiar en nosotros para contarnos lo que le está ocurriendo, es un momento muy importante para él o ella. Por eso, es fundamental saber reaccionar, hacerle sentir orgulloso del paso que ha dado y lograr que se sienta creído y escuchado.
Los profesionales deben ser conscientes de que, a menudo, el niño o la niña no puede prevenir el abuso. Nadie le ha explicado qué es, porque las personas agresoras saben cómo manipularlo y porque se le ha hecho creer que debe ser afectuoso con los adultos que lo piden como muestra de educación.
Son respuestas adecuadas:
- Creer al niño o a la niña
- Mantener la calma
- Decirle que el responsable es el adulto o la persona de más edad, no él o ella
- Hacerle saber que saldrá de esta
- Asegurar que no ha sufrido heridas
- Proteger al niño o niña, la víctima
- Hacerle sentir orgullo de haberlo explicado
- Aceptar los sentimientos del menor
- Expresarle afecto valorando la situación y sus necesidades
Recursos
- Protocolo «L’Educació en el lleure com espai de protecció” de la Direcció General de Joventut de la Generalitat de Catalunya
- Guia didàctica de la Fundació Vicki Bernadet «Prevenció i abordatge de l’abús sexual infantil en el món del lleure: Orientacions i recursos pedagògics”
- «Eines per treballar l’abús sexual amb infants, adolescents i joves«
- «Abordatge de l’abús sexual infantil en el lleure«
- «Recull d’activitats per treballar l’abús sexual infantil«
